En una entrevista en febrero de 2018 Byung-Chul Han escritor y doctor en filosofía, profesor de Filosofía y Estudios culturales de la Universidad de las Artes de Berlín decía:
«…. durante tres años he cultivado un jardín secreto que me ha dado contacto con la realidad: colores, olores, sensaciones … Me ha permitido darme cuenta de la alteridad de la tierra: la tierra tenía peso, todo lo hacía con las manos, el digital no pesa, no huele, no opone resistencia, pasas un dedo y ya está … Es la abolición de la realidad; mi próximo libro será este: Elogio de la tierra. el jardín secreto. la tierra es más que dígitos y números. «
Autor de una colección de obras donde analiza exhaustivamente la sociedad actual y el futuro que nos encontraremos si mantenemos el mismo rumbo, publicó su libro «Lob der Erde: Eine Reise in den Garten» (Elogio a la tierra: un viaje en el jardín) el mismo 2018, (edición en castellano el 2019 de editorial Herder) y mas que un ensayo, son las confesiones y reflexiones de Han surgidas en el tiempo dedicado a su jardín.
Han convierte la jardinería en un arte donde ejercer la meditación y reflexionar sobre la belleza, la vida y la necesidad de la vuelta a la naturaleza, a sentirla y respetarla. A caballo entre la filosofía, la espiritualidad y la poesía, el libro ofrece bellos textos e ilustraciones sobre cada una de las plantas que cultiva el filósofo.
Según Han, el consumismo te deriva primero en objetivar al sujeto, convirtiéndolo a él mismo en un objeto de consumo, y en segundo lugar, a un «no saber cuidar» ya que si algo se rompe se repone, la cultura del usar y tirar, (incluidas las personas), por eso no nos esforzamos en cuidar, en cuidar mirando, acariciando, dejando su espacio.
«Desde que trabajo en el jardín percibo el tiempo de manera diferente. Transcurre mucho más lentamente. Se dilata.«
«Con el jardín voy aprendiendo poco a poco qué significa brindar asistencia, preocuparse por otros.»
«El tiempo de jardín es un tiempo diferente, el jardín tiene su propio tiempo.»
Nuestro respeto hacia la tierra, común a todos los pueblos indígenas, ha desaparecido convirtiéndose en una posesión egoísta. Si queremos evitar su destrucción, y por lo tanto la nuestra, hay que recuperar el respeto y cuidarla.
«La palabra humano viene de humus, tierra. La tierra es nuestro espacio de resonancia.»
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