En 2010, cuando se publicó el «Libro Rojo de las Plantas Endémicas y Vasculares de Cataluña», un herramienta primordial para la conservación de la biodiversidad de Cataluña, de las aproximadamente 3.600 especies y subespecies autóctonas que componen la flora catalana, se constataba la desaparición de 17 de las especies más amenazadas por el impacto de la actividad humana.

Aparte, estaban incluidas en alguna categoría de riesgo el 5,5% de las plantas vasculares y se consideraba que 37 especies estaban en peligro crítico de desaparición.

A la actualización de 2020, el número de especies amenazadas era del 7% y solo el 66, 3 de las plantas vasculares amenazadas tienen protección legal.

La existencia de políticas de protección y medioambientales, sólo tiene sentido si estas en mantienen vivas y actualizadas.